No puedo evitar preguntarme qué está pasando, qué me está pasando. No encuentro respuestas, pero no me rindo. Sigo mi “paseo” pero ahora con miedo, que me paraliza. Paro. Me siento a pensar y tranquilizarme. No puedo. Comienzo a correr sin mirar a ningún lado, sin pensar, sin conexión con la realidad. En un momento de lucidez me doy cuenta que cometo un error y vuelvo sobre mis pasos, mas bien sobre mis trancos. Me rodea la niebla, y pierdo el camino de regreso a mi antiguo rumbo.
Ahora, mi desorientación es total, pero sigo inexorable y trato de no bajar los brazos como lo hice aquella vez.
En la espera por encontrarme, comienzo a escuchar lejanas voces, a las cual les grito con la esperanza de que alguien me escuche, pero nada sucede. Sigo mi instinto, ya no miro, ni mido mis pasos, lo que oigo, es lo que guía mis pasos ahora…
El camino se bifurca, y en uno de los desvíos se alcanza a ver una brillante luz tan fuerte como el sol, por lo que me veo a elegir que camino elegir. Las voces suenan más fuertes ahora, por lo que decido seguir su camino ignorando la luz, con la esperanza de encontrar a alguien que puede decirme donde estoy parado.
El viento borra mis pisadas, sigo perdido; las voces disminuyen y vuelve el miedo. El camino se vuelve demasiado tedioso, por lo que nuevamente me detengo un momento a tranquilizarme. Las voces vuelven a sonar más fuerte pero ahora me doy cuenta que salen de mi cabeza, grito totalmente desesperado, cansado y eufórico, entonces de repente las voces que creía escuchar, aquella que había estado siguiendo, desaparecen…
Ahora, solo me queda la luz, esa tan brillante como el sol...
__________________Aguz 10/08/09_________________
Me gusta cuando me puedo meter en la piel del personaje en entender lo que siente. Me dio ganas de seguir leyendo.
ResponderEliminarListo, editada esa parte que tampoco me convencia... :s
ResponderEliminarJuera lo Emo carajo!!! =D