miércoles, 5 de agosto de 2009

Torpe Corazon...


PRIMERA PARTE

6.30 pm, Maria me esperaba sentada en un banco de plaza Italia; por primera vez fui puntual. Esa tarde, me bañe en perfume y con el dinero suficiente, Sali a nuestra primera cita.

Caminamos en silencio, rumbo al cine… Lo unico que oia, era su respiración…

Esa tarde, había ensayado las frases mas alucinantes que se me ocurrieron para recitarle dentro de la sala del Cine. Me la imagine rendida por esto, y terminariamos besandonos. Extenderia mi brazo en sus hombros, nos mirariamos sonrientes, y terminaria la película… Iriamos a cenar y luego la llevaria a casa. Todo estaba planeado para que suceda asi, hasta lo de aprovechar que le peli sea de terror para asi abrazarla cuando tuviera miedo…

Me fije en la cartelera, ninguna de terror; mal pronostico. Maria había visto “Simplemente no te quiere” la noche anterior y yo “Hancock” hacia dos dias… Por lo que nos contentamos con “Yes man”, aunque esta ya había empezado hace quince minutos. Con las entradas en la mano, subimos las escaleras, compre una Coca, un Agua y unos Pochochos (pororo, pop corn, como quieran llamarlos); y finalmente, llegamos a dos butacas rojas, que fueron testigos de la torpeza y nerviosismo de nuestra primera cita.

SEGUNDA PARTE

Busqué en mi bolsillo el texto que le escribí días antes. –Maldita sea, -pensé-. No lo encontre.
El texto es el siguiente:

Quiero ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán…

Quiero ser en ti mismo una huella imborrable…

Un recuerdo constante y una sola verdad...

Pero no una costumbre de estar cerca de mí…

Quiero ser en ti una pena de ausencia, un dolor de distancia y una eterna amistad...

Algo más que una imagen que venciendo caminos, llega, pasa y se va…

Ser el llanto en tus ojos…

La risa en tus labios...

Ser el principio y el fin…

Quiero besar tus labios, enredarme en tu pelo y en cada detalle decirte que Te Quiero…

QUIERO SER EN TU VIDA, LO MISMO QUE HAS VENIDO A SER VOS EN LA MIA…

Olvide el texto en casa. Inclusive; lo dejé guardado en un archivo de la computadora.


TERCERA PARTE

A mitad de la película me urgia ir al baño, la coca-cola hizo efecto. Primer gran problema, no había llevado el texto. Cuando me disponía a decirle cosas poéticas y Jym (Carrey) se lucia diciendo a todo que si. Volteo y, Maria dormía en la butaca, otro problema.

Salimos del cine, fuimos al baño. Y tomamos un taxi con destino a su casa, se veía muy cansada. En el automóvil que se alejaba de la avenida 7 y, entre mis deseos de darle un primero beso llegamos a la esquina donde se bajaría. Cuando estuve a punto de soltar una palabra.

-Aquí bajamos. Dijo-.

La miré y otro problema más. Al bajar la acompañé unos metros, nos detuvimos frente a las escaleras que suben al departamento donde vive. Me miró, la miré y me abrazó. ¿Me abrazó? ¿Un abrazo? Entonces tres cosas vinieron a mi cabeza:

A.-me abraza porque ha descubierto que estoy sufriendo por darle un beso y piensa: –pobre muchacho-.

B).-me abraza porque simplemente le pareció desagradable nuestra cita –no lo había planeado de ese modo- y nunca más volvería a salir conmigo.

C).-me abrazó para que yo, continúe con el siguiente paso: darle un beso.

Simplemente me abrazó, sentí su cabello ondulando en mi cuello, mis manos en su espalda. Fueron cinco los segundos que duró nuestro abrazo. Maravilloso gesto. Me pegué un poco a su cuerpo. Mi tórax sintió su respiración; su corazón latía rápidamente. El mundo desapareció, me soltó intempestivamente y se fue. Quedé petrificado. Volteó a los pocos metros de partir me miró nuevamente y, en sus ojos vi la vanidad de una niña que ha cometido una travesura. Juro que esa noche no dormí para que no desaparezca su imagen de mi retina…

Al día siguiente quedamos en vernos a la salida de nuestras respectivas universidades y caminamos por la calle 8 y luego por la 12. Hablamos de todo sin entender un ápice de nuestras palabras, lo importante es que nos teníamos juntos, caminando, mirándonos de reojo. Intrínsecamente develando mis bajas pasiones. Llegamos a la Plaza Saavedra y nos sentamos en el banco del lago.

CUARTA PARTE

Lo perfecto consiste en recordar lo vivido para llegar al punto preciso de mirarla a los ojos y comenzar la declaración. Como todas las parejas del mundo, lo nuestro inició con un: ¿Quieres estar conmigo?

La conocía muchos meses atrás, pero vi en ella únicamente a una amiga. Y de pronto todo cambio, yo estaba en el break descansando. En el iPod escuchaba lo que ahora vendría a ser nuestra canción.

Ella: mujer de piernas largas, caderas pronunciadas, labios carnosos y ojos grandes. Yo: gordo, con inmensa panza, cachetón, de porte siempre prudente. Y ligeramente más alto que ella. Así nos conocimos, fuimos los únicos que sin ser novios y, siéndolo pasábamos todas las madrugadas en el mismo ambiente, juntos sin dormir. -Haciendo lo que mejor sabemos hacer-, que no es precisamente lo que quisiera imaginar.

En una semana de enamorados hemos ido tres veces al cine. A los bancos de la Plaza. A varias plazas… Hemos caminado miles de cuadras y conversado más de un millón de palabras. En una semana de relación hicimos lo que otros durante toda una vida no culminaron. Fuimos sinceros y me comporté en el restaurante como un Hipopótamo; tomando un litro y medio de gaseosa y queriendo comer de su plato.

Como todas las relaciones de parejas la nuestra recién se inicia. No sé si perdure más de lo previsto, no estaba en mis planes pero: ¿Ya tengo novia y ahora que hago? Vengo de un pasado triste, una mujer que mutiló mi corazón por completo, destruyó mi confianza y pasión. Me tiré al abandono. Decidí jamás volver a enamorarme. Hasta que la conocí, imagino que Maria debe tener un pasado quizá latente, quizá ya olvidado. No importa. En el presente somos los dos. Le agradezco por juntar los añicos de mi alma y reconstruir con sus miradas; sus besos; sus caricias y su imagen mi imperfecto corazón. Quizá me dejé hoy por la noche, tal vez lo nuestro con el pasar de los días se vuelva monótono y aburrido. Pienso que no debe ser así. No sé lo que Maria piense.

10 a.m. nos sentamos frente a la Catedral. El cielo vaticinaba una parca llovizna, los automóviles pasaban, la gente nos miraba. Mi torpeza de haber olvidado como declararme ante una mujer me situaba en una condición muy tensa. Le di muchas vueltas al asunto, conversando de temas absurdos que para nosotros eran los más importantes del mundo. Un Cupido gordo y ocioso seguramente nos flechó y me armé de valor. La miré a los ojos y, tomandola de las manos comencé…



___________________Aguz 05/08/2009___________________

4 comentarios:

  1. Este texto es la lo que demuestra que todos somos tan giles como Seto (I"S).
    Che, esta basado en hechos reales?

    ResponderEliminar
  2. AGUSTIN_ Muy bueno lo tuyo. Quizá, tome algunas de tus frases como disparador para un escrito mío.
    ¡BUENISIMO! Le juro que no dormí....
    ¡EXCELENTE el final abierto, digno de un escritor de categoría
    ¡TE FELICITO, EL ABUELO NÉSTOR

    ResponderEliminar
  3. Tiene partes basadas en hechos reales, pero en su mayoria es ficticio...

    Aunque, ¿¿¿a quien no le paso alguna vez, tener todo planeado, que no te salga nada que hayas planeado, y sin embargo, que la mayor parte de las cosas te terminen saliendo bien???

    Fue un rato de inspiracion... =)

    ResponderEliminar
  4. Se lo envié a una persona que sabe del tema, es correctora,y bastante brava, por cierto.

    Su comentario muy escueto fue:

    MUY BONITO, OJO CON LA ORTOGRAFÍA

    El abuelo NÉSTOR

    ResponderEliminar