viernes, 5 de febrero de 2010

Divagues sobre el pastel de papa

Exacto. Es bastante tarde, es febrero, y estoy buscando una buena excusa para no estudiar, así que me puse a pensar en el pastel de papa.

Y no es que haya elegido una comida al azar, es que creo que es LA comida. Cuando hablamos de pastel de papa señores, no solo hablamos de la expresión culinaria de nuestras mismas raíces rurales y gauchescas, y no solo hablamos de un manjar de tierra adentro y de tierra abajo (por la papa) sino que además dialogamos, señores, con la esencia misma de todas las comidas.
El pastel de papa es tan simple como sus ingredientes (papa y carne), y eso lo hace el punto axial de esta reflexión. Es el retorno mismo a lo básico, a lo simple, a la esencia del comer; el pastel de papa nos recuerda nuestro instinto mas primitivo de alimentarnos. Despojado de condimentos despierta la voracidad, la intuición mas natural de todo animal (que es comer) por el simple hecho de no cansar al paladar con gustos refinados ni engañar al sentido del gusto con exquisitas mentiras.
El pastel de papa es el norte, señores, al que deberían dirigirse todas nuestras comidas.
Por ser simple, instintivo, vernáculo, primitivo y criollo te saludamos, oh padre de todos los alimentos.